¿Se puede subarrendar una vivienda alquilada?
cuidado. Si lo haces sin permiso del propietario, te pueden echar del piso y encima cargar con un proceso judicial. Lo que empieza como “una ayuda para pagar el alquiler” puede acabar con desconocidos viviendo en tu casa y tú sin poder echarlos fácilmente. Y lo peor: serás tú el responsable de todo.
Muchos inquilinos no saben que subarrendar sin autorización por escrito es motivo directo de resolución de contrato. Y muchos propietarios no se enteran hasta que ya es tarde, cuando su vivienda se ha convertido en una pensión encubierta. Subarrendar puede ser legal, pero solo si sabes lo que haces. Y si ya tienes lío montado, aquí te explicamos cómo actuar antes de que explote.

¿Qué significa subarrendar una vivienda alquilada?
Subarrendar una vivienda alquilada ocurre cuando un inquilino, que ya tiene un contrato de arrendamiento, decide alquilar una parte de ese espacio a otra persona. Por ejemplo, si vives en un piso de tres habitaciones, podría permitir que alguien ocupe una de ellas a cambio de un pago mensual, no obstante, esto no es solo querer hacerlo y ya, requiere de pasos concretos que se deben realizar.
¿Es legal subarrendar una vivienda alquilada?
La respuesta directa es sí: se puede subarrendar una vivienda alquilada, pero no sin condiciones. La Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), en su Artículo 8, establece que el subarriendo parcial es permitido siempre que el propietario dé su consentimiento por escrito.
Sin embargo, el término subarrendar implica solo hacerlo con una parte de la propiedad alquilada, si el inquilino quiere subarrendar toda la vivienda, lo que se conoce como cesión del contrato, es un proceso aparte que también requiere autorización expresa.
Condiciones para subarrendar una vivienda alquilada
Entendiendo que en España la figura del subarrendamiento es posible y que requiere de una serie de pasos para cumplirlos, es de vital importancia conocer cuáles son estos:
El consentimiento del propietario:
Subarrendar una vivienda alquilada sin el visto bueno del dueño es un error que puede costar caro. La LAU exige que el propietario apruebe por escrito esta decisión. Este requisito protege sus derechos y asegura que esté al tanto de quién vive en su propiedad.
Si el inquilino decide ignorar este paso, se estaría accionando la resolución del contrato. De ahí la importancia de cumplir cada uno de los protocolos.
Una vez permitido el subarrendamiento por parte del propietario, es necesario acordar los términos y condiciones, mismos que debe aceptar el propietario. Acordado los términos se firman los documentos respectivos y se procede a protocolizar el contrato.
Límites que se deben respetar
Aparte de solo poder arrendar una parte de la vivienda alquilada, también hay otro tipo de limitaciones, pues el precio que se cobre no debe superar el alquiler que el inquilino paga. Además, el subarriendo termina cuando finaliza el contrato original, pues el contrato accesorio (subarrendamiento) sigue la suerte del contrato principal.
Estas reglas existen para equilibrar los intereses de todas las partes. Así, el propietario no pierde el control, y el inquilino, puede beneficiarse sin cruzar líneas.
Cómo subarrendar una vivienda alquilada paso a paso
Primero, se debe leer el contrato de arrendamiento. Algunos incluyen cláusulas que prohíben subarrendar, mientras que otros lo permiten con condiciones. En caso de que una cláusula lo prohíba, siempre se puede negociar, pero sería una excepción a la regla.
No te compliques, una carta clara y respetuosa suele ser suficiente. Una vez aprobado, se redacta un contrato con la persona que ocupará el espacio. Se define el precio, la duración y las reglas de convivencia. Por ejemplo, si alquilas un piso por 1.000 euros y subarrendas una habitación por 400, deja claro qué áreas comparte y cuáles no.
Derechos y obligaciones: ¿qué implica cada rol?
El inquilino
Aunque el inquilino subarriende, sigue siendo el responsable principal ante el propietario. Si el subarrendatario no paga o daña la vivienda, el inquilino deberá responder. Por ello, es importante elegir con cuidado a quién deja entrar.
Esta carga no es menor, pero con un buen acuerdo, minimizará riesgos. La clave está en la comunicación constante con todas las partes.
El subarrendatario
Quien subarrienda tiene derecho a usar la parte acordada, pero su contrato depende del contrato principal. Si el arrendamiento termina, el subarriendo también. Las partes deben dejar todo claro antes de firmar cualquier convenio.
Por otro lado, el subarrendatario no puede exigir más de lo que el contrato principal ofrece. Su posición es secundaria, y eso lo define la ley.
El propietario
El dueño no pierde autoridad al permitir subarrendar una vivienda alquilada. De hecho, puede establecer condiciones, como conocer la identidad del subarrendatario o limitar el uso del espacio. Esto le da tranquilidad y protege su inversión.
Si eres propietario, este poder te permite evitar situaciones indeseadas, como ocupaciones no autorizadas que después tengas que resolver con un desahucio, por ejemplo.
Riesgos de subarrendar sin permiso
Si el inquilino se salta el consentimiento del propietario tiene un costo alto. Según el Artículo 27 de la LAU, esto puede justificar que lo expulsen de la vivienda a través de una demanda de desahucio.
Por ejemplo, un subarriendo no autorizado podría derivar en daños o impagos que compliquen la situación.
Por el otro lado, si el propietario tiene una vivienda alquilada y descubre un subarriendo sin su aprobación, la gestión se vuelve un dolor de cabeza. Pues estaría lidiando con desconocidos en su propiedad o, peor aún, con ocupaciones ilegales. Por eso, vigilar el cumplimiento del contrato es esencial.
¿Qué alternativas hay al Subarriendo?
Si el inquilino no quiere seguir en la vivienda, pero alguien más sí, puede ceder el contrato. Esto también necesita el visto bueno del propietario, pero transfiere la responsabilidad a otra persona.
Esto es especialmente útil para ambas partes si se quiere evitar tener que pagar indemnizaciones por finalizar el contrato antes de tiempo. Pero, desde un punto de vista práctico, muchos propietarios prefieren la salida anticipada y buscar otro inquilino en lugar de permitir un subarriendo.
Implicaciones fiscales del subarrendamiento
Subarrendar una vivienda alquilada genera ingresos por parte del inquilino y estos ingresos se deben declarar en el IRPF. Aunque no siempre aplica el IVA, Hacienda exige transparencia. Si no lo hace, podría enfrentar sanciones.
¿Vas a subarrendar? Antes, lee esto y evita el desastre
Después de años viendo todo tipo de casos, te lo decimos claro: el subarriendo sin control es una bomba de relojería. Lo hemos visto mil veces. El inquilino mete a alguien sin avisar, los problemas empiezan, y cuando el propietario se entera ya tiene a dos personas que no puede echar fácilmente. Y si el subarrendatario se niega a irse, el proceso legal se complica aún más, porque ni siquiera es parte directa del contrato original.
¿La realidad? El inquilino lo pierde todo y el propietario lo paga en tiempo, dinero y disgustos. Si eres inquilino, nunca subarrendes sin el visto bueno y por escrito. Si eres propietario, no te fíes: revisa tu vivienda y mantente alerta. Y si ya tienes un problema, no esperes a que se te vaya de las manos.
En nuestra empresa desokupa nos encargamos de recuperar tu vivienda de forma legal, eficaz y sin rodeos. Llámanos y actúa hoy, porque cuando se trata de tu casa, cada día cuenta.